Preludios.- Como en la meditación 18.
Punto 1º.- ¿Y para qué hijas mías, tanta dependencia
de Jesús a costa de tantos sacrificios?. No más que para glorificar a su Padre.
–“Yo no busco mi gloria sino la gloria de Aquel que me ha enviado”. (1) –“Yo honro a mi Padre”. (2) - Y El mismo en
la oración que hace a su Eterno Padre, empieza por decirle: –“Yo te he
glorificado sobre la tierra”. (3)
–“Glorifica a tu Hijo para que tu Hijo te glorifique a Ti”. (4) -
Punto 2º.- Y cuando el Padre lo glorifica con voz
del cielo, (5) Jesús todo lo refiere a su Padre diciendo: –“Quien cree en mí,
no cree en mí, sino en Aquel que me envió. Y el que me ve a mí, ve a Aquel que
me envió. (6) - El que me ve a mí, ve también al Padre”. (7) -
Punto 3º.- Y porque no busca su gloria sino la de su
Padre, por eso dice que su doctrina es verdadera y para manifestar como,
mientras El busca la gloria del Padre, éste glorifica al Hijo, dice: –“Si yo
me glorifico a mí mismo, mi gloria es nada; mi Padre es el que me glorifica”.
(8) - Y cuanto más desprecia Jesús su propia gloria, es más glorificado de su
Padre. Al presentarse como hombre que nace en pecado, en el Templo es
reconocido y declarado verdadero Mesías; al ser bautizado como hombre que ha
cometido pecado, es presentado por el Eterno Padre como el Maestro; en la Cruz es reconocido Hijo de
Dios, y porque a Ella subió como si fuera el último de los hombres, recibió un
nombre que es sobre todo nombre y al pronunciarlo se dobla toda rodilla en el
cielo, en la tierra y en el infierno. (9) -
Afectos.- Sea mi única gloria Dios mío, glorificarte
siempre al modo que lo hace tu Divino Hijo, cumpliendo en todo tu voluntad, en
mis enseñanzas y en mis obras; y cueste Señor lo que me costare. ¿Qué es la
ignominia de la Cruz
comparada con tu Gloria?. -
Propósito.- Hacer siempre la voluntad de Dios.
(1)
(2) Joan. Cap. 8, v. 49.
(3) Joan. Cap.
17, v. 4.
(4) Joan. Cap. 7, v.
1.
(5) Joan. Cap.
12, v. 28.
(6) Joan. Cap.
12, v. 44 - 45.
(7) Joan. Cap.
14, v. 9.
(8) Joan. Cap. 8, v. 54.
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MEDITACION Nº 419
Miércoles 20 de Junio de 1906. a.m.
JESUS CON ESTA DEPENDENCIA
SOLO HA BUSCADO LA GLORIA DE SU PADRE
Parece que meditar en esto es una cosa así, muy elevada, muy
grande para nosotros, como que es nada menos el tratar del Eterno Padre y de su
gloria, que era lo único que buscaba Dios Ntro. Señor al venir al mundo. El
nunca trató de darse gloria a sí mismo, sino de glorificar a su Padre
celestial, y por eso al presentarse como pecador, permitió que lo humillaran y
lo desconocieran para que así no fuera ninguna gloria para el Hijo sino toda
para el Padre que lo había enviado. Eso nos debe hacer ver que en todas las
obras de Dios, se ha de procurar darle a El solo toda la gloria, y que por eso
permite muchas veces que se vean combatidas, calumniadas, perseguidas de tal
suerte que no les llegue a quedar una sola persona a favor sino que todo el
mundo esté en contra, para que así a la hora del triunfo se vea que solamente
Dios Ntro. Señor salvó lo que era suyo, y que la gloria ha de recaer nada más
en El. Sí hijas mías, así ha querido Ntro. Señor que vaya pasando con nosotros,
y por eso ven que hasta las personas que más a favor nuestro estaban,
manifestándose adictas a la
Esclavitud y siendo defensores suyos; de las que alguna vez
llegué hasta a decir que Dios les había dado a conocer la Obra presentándoles la
estrella que los había de guiar, y que así pasaba con el Señor Obispo de León,
ahora ha permitido Dios Ntro. Señor que hasta a ese defensor lo veamos
volteado, para que así resalte más la gloria del Eterno Padre que a la vez
glorifica a su Santísimo Hijo dejándolo enteramente a El solo de parte nuestra.
No pueden Vds. imaginar siquiera la felicidad tan grande que se
siente en el alma cuando sabe uno que en medio de un desprecio tan terrible,
tan absoluto, tiene uno sin embargo de su parte a Dios Ntro. Señor. Así me lo
hace ver en la oración; y cada vez que recurro a El para quejarme del abandono
en que estamos porque todos nos desprecian, y le lloro diciéndole: –“Ya ves
Señor qué situación la nuestra, ¡todo el mundo en contra!”, oigo claro cómo me
responde: –“y yo a favor”. Esta mañana a las tres, estando yo en oración y
pensando precisamente en lo mismo, veía yo una cara burlesca que se reía a
carcajadas porque todos nos tiran. (No sé si sería mi imaginación, así es que
no me lo crean) pero sin embargo, pienso que no fue cosa mía, porque estaba yo
con Dios, y esa cara me pareció del demonio que quería burlarse de nosotros,
lleno de alegría, pero entonces Ntro. Señor me volvió a repetir lo que siempre
me ha dicho, y sentí un consuelo inmenso al entender: “Estoy contigo; yo
siempre a tu favor”. ¡Qué mejor defensor queremos hijas mías! por eso ven que a
mí no me importa que todos los hombres sean enemigos nuestros, y que en la
tierra no haya quien hable a favor de la Obra; mientras tengamos a Dios propicio no hay
por qué temer, al contrario, debemos contar con la seguridad del triunfo porque
Ntro. Señor así lo quiere. Si El no nos
concede tener un defensor siquiera en el mundo, es porque quiere ser el único
encargado de sostener su Congregación en medio de una lucha tan terrible, y el
solo abogado que quiere que tengamos desde ahora, es el primer esclavo que se
llevó a su lado. Luisito que ha sido el primer santo de la Obra, el San Estanislao de
Kotska de la Esclavitud
como alguno dijo, porque vivió muy poco y se santificó muy pronto, será el que
nos alcance de Dios Ntro. Señor todas las gracias que quiera derramar sobre la Obra; por eso se lo llevó
cerca de la Divina Niña,
porque allí serían más eficaces sus peticiones.
Dios Ntro. Señor formó el alma de Luisito para la virtud no cabe
duda; y lo quiso hacer santo desde niño; pero necesitó traerlo a la Esclavitud para ponerle
sello a su santidad. Ese sello quiso que fuera el de una Congregación religiosa
que principiaba pero que había de darle mucha gloria, y por eso le impregnó en
su alma tan bien impregnado el amor a la Esclavitud. No hay
duda que él fue nuestro primer hijo en la tierra, y ahora es nuestro primer
santo en el cielo; el que intercederá por nuestra causa, porque amó mucho la Obra, supo apreciar la
grandeza de ella, conoció nuestras necesidades, y también nos tuvo un gran amor
a nosotros; él es quien nos traerá cada día los recados que Dios Ntro. Señor
quiera mandarnos; él estará constantemente unido a todos los esclavos y
esclavas, pero para que esa unión exista, es preciso que tenga por lazo el
sacrificio perpetuo. Si Vds. todas viven sacrificándose siempre, verán cómo
alcanzan todo cuanto pidan; necesitan hijas mías ser muy sacrificadas, si es que
desean tener comunicación con ese santo escogido por Dios; necesitan no pedir
nunca sino cosas santas, para que así le ruegue él a Dios Ntro. Señor que se
las conceda, porque si tienen deseos de algo que no esté conforme en todo a la
voluntad de Dios, si él ve que no se resignan a sufrir callando, que no
procuran moderar su voz cuando hablan, que cuando sienten indignación no se
dominan sino que la desahogan diciendo palabras duras en contra de la persona
que nos ha injuriado; que no se hacen el ánimo de vencerse docilitando su
juicio, no esperen que esté a su favor porque los bienaventurados como todo lo
ven en Dios y lo quieren para Dios buscando únicamente su gloria, no se unen
jamás con las almas que están llenas de imperfecciones, que no quieren amar el
sacrificio, que procuran huir del desprecio porque no tienen ganas de ser
humildes; que si se les corrige se disculpan siempre, y que no apetecen sino su
modo propio y no el que Dios N. Señor quiere que tengan y para eso se los
impregna.
Así es que no lo olviden, sacrifíquense mucho si quieren que
Luisito le presente a la
Divina Niña sus actos de amor y les traiga recados suyos
diciéndoles cómo se han de vencer para llegar a una verdadera santidad en la Esclavitud.
Postradas en la presencia de la Divina Niña deseosas
verdaderamente porque así debemos estar, de la santificación de nuestras almas,
ya que Ntro. Señor nos ha hecho la gracia inmensa de apartarnos por completo
del mundo y de todos los lugares donde podríamos encontrar recreo para traernos
al lugar del desprecio, vamos a darle las gracias porque nos ha proporcionado
el más seguro medio de alcanzar la santidad. No se cansen hijas mías, sólo
viviendo al lado del desprecio es como se santifican las almas; por eso a
Luisito que fue el escogido por Dios como víctima, como el primer santo de la Esclavitud que quiso
llevarse al cielo, lo trajo aquí precisamente en los momentos del mayor
abandono, cuando el mundo entero estaba volteado en contra nuestra, cuando
sufríamos el desprecio general, porque así quiso sellar su santidad. Ahora si
nosotros queremos estar unidas a él que es un bienaventurado, para rogarle que
pida por nosotros, que sea el emisario de nuestras peticiones ya que está cerca
de Dios Ntro. Señor y de la
Divina Niña, les vuelvo a repetir que necesitamos amar mucho
el sacrificio, vencernos constantemente, docilitar nuestra voluntad, doblar
bien doblada la cabeza para rendir el juicio, para que así vea que tenemos
verdadero afán de cumplir la voluntad de Dios, de sujetarnos a ella a toda hora
y en todo momento, y de esa manera interceda con Dios Ntro. Señor para que nos
ponga el sello de la Obra
de la Esclavitud
que es un sello de pura obediencia, de amor y sacrificio; y una vez selladas de
esa manera seremos reconocidas en la gloría por los bienaventurados y podremos
estar en comunicación con ellos y sobre todo con Luisito, con el primer esclavo
que será el encargado de traernos los recados de Dios Ntro. Señor, y de
conseguir todas las gracias que necesitemos y las que redunden en gloria para
Dios, para la Divina Niña
y para la Esclavitud.
Le pediremos la bendición a Ntro. Señor Sacramentado para Nuestro
Padrecito y para nosotros. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén.
Acordaos ¡oh piadosísima Virgen María, &.